Acción (share): Valor mobiliario que representa una parte proporcional del capital social de una sociedad.
Algunos de los tipos de acciones más comunes son:
- Acciones ordinarias: Son las acciones normales.
- Acciones preferentes: Los accionistas poseen un derecho superior para cobrar el dinero derivado de la adquisición de las mismas, incluso antes de realizar el reparto de dividendos a los socios, si así se hubiera decidido.
- Acciones sin voto: Confieren al accionista derechos económicos (el cobro de dividendos) pero no otro tipo de derecho, como el de ejercer el voto en una Junta.
Los tenedores de acciones son, por tanto, socios propietarios de la sociedad, en proporción a su participación. Ser propietario de acciones da lugar a una serie de derechos: a la asistencia y al voto en las juntas generales, a percibir dividendos, a la suscripción preferente de títulos en caso de ampliación de capital y, en caso de disolución de la sociedad, a participar en el reparto del patrimonio.
Sobre este último derecho, debe tenerse en cuenta que el accionista es siempre el último en cobrar en caso de liquidación de la compañía; antes que el accionista, deben cobrar los trabajadores, los acreedores y los propietarios de bonos. Las acciones pueden ser cotizadas en el mercado secundario (bolsa) o no, pero, en cualquier caso, pueden ser transmitidas.
Las acciones cuentan con un valor nominal que en la inmensa mayoría de los casos no coincide con el de cotización. Las acciones pueden estar representadas por títulos físicos o por anotaciones en cuenta; la representación por anotaciones en cuenta es obligatoria si la sociedad está admitida a cotización en Bolsas de valores. Desde el punto de vista del inversor, la acción es un título de renta variable, lo que significa que no es posible conocer de antemano su rentabilidad.